Este proceso combina el software de simulación con datos in situ para reconstruir los comportamientos pasados, lo que permite una comprensión integral de los patrones operativos y las posibles áreas de mejora. Al descifrar estos conocimientos, se pueden identificar soluciones prácticas y rentables para abordar los desafíos y optimizar el rendimiento. Este análisis también puede recomendar la realización de pruebas especializadas para profundizar en cuestiones específicas, si es necesario. En última instancia, la integración de la tecnología de simulación con los datos del mundo real permite a los operadores de plantas solares tomar decisiones informadas que impulsen mejoras en el rendimiento y eleven la eficacia general de sus operaciones.